lunes, 25 de septiembre de 2023

Un poema de Jack Gilbert

 Convalecencia

 

Me paso los días decidiendo

cómo hacer un poema conmemorativo.

No, por suerte, un epitafio.

Un poema sin estridencias,

que dilucide el hecho que soy yo.

Una de las caras fortuitas

en esas procesiones de piedra.

Compuesto con cuidado.

Que no diga que estuve

en ninguna gran victoria.

Pero que me ofrecí como voluntario.

 

 

Traducción de Ezequiel Zaidenwerg. 

miércoles, 13 de septiembre de 2023

Un poema de la casa

 

BIENVENIDA PARA UN EXTRATERRESTRE

 

Para el taller Zoomkata, con cariño

 

No te has perdido mucho, amigo.

Todos los millones de años del planeta

caben en esta muela careada. Mira.

Nosotros tenemos relativamente poco

viviendo en este vecindario,

en este sucumbir de especie por especie.

Podemos dar un paseo por los valles de la muerte, hay espacio. 

No te hablaré mucho sobre cosas antiguas

porque en realidad no conozco demasiadas, 

solo puedo decirte que seguimos usando el oro negro

en la cuenta sin fondo de nuestra alegría,

ese venero que el diablo no abandona;

que el sol y el viento algún día llegarán a ser

algo más que símbolos de luz para ser luz en verdad,

que te conviene ver la cuarta temporada de Seinfeld

y que la guerra siempre está a la vuelta de la esquina

mientras Anne Carson rige el mundo.



Algunos sueños sobre el capitalismo, p. 20. 

FCE, 2022

domingo, 4 de junio de 2023

Un poema de Charles Simic

 El juego del escondite

 

No he encontrado a nadie

de la vieja pandilla.

Quizá estén todavía escondidos,

aguantando la respiración

y tratando de no reírse.

 

Nuestra calle ha tenido poca suerte,

tiene rotas casi todas las ventanas

allí donde en las noches de verano

oíamos discutir a las parejas

o las veíamos bailar escuchando la radio.

 

La pelirroja de la que

todos estábamos locamente enamorados

que se sentaba en la escalera de incendios

fumando hasta altas horas de la noche,

también debe de estar escondida.

 

El muchacho flaco

con muletas

que siempre llevaba un libro,

tal vez no haya

ido muy lejos.

 

La oscuridad llega pronto

en esta época del año

y hace muy difícil

reconocer caras conocidas

entre las de los extraños.

 

 

Charles Simic

Traducción de Nieves García Prados 

 


 

 

viernes, 12 de mayo de 2023

Un poema de Natalia Toledo

La muerte pies ligeros

 

El aroma del viento dulce cesó en mi casa.

Quebrados los dedos del sol

solo queda un horno de barro lleno de lama,

su fuego ya no muerde la palma de mi mano.

La boca del olvido está oxidada.

En los ojos de los míos se borrará la sombra

con la que me amaron.

Sobre la espalada de un perro me sentaré para remar en el mar vivo,

daré monedas para el responso a los hombres

que cobran para entrar en donde es tierno el mundo.

Un cántaro llevaré a mi cadera,

llenaré de polvo de chintul mis cabellos

y sobre una piedra me sentaré a extrañar

todo lo que aquí no pude querer.

 



Natalia Toledo

Deche Bitoope / El dorso del cangrejo

Almadía. Segunda edición, 2022.

Pág 43.

viernes, 7 de abril de 2023

El indescriptible cinismo de la poesía, Adam Zagajewski

El universo interior, donde la poesía es la soberana absoluta, tiene la particularidad de ser inefable. Es como el aire; aparecen en él corrientes, diferencias de temperatura y tormentas, pero su propiedad primordial es la transparencia total y absoluta. ¿Cómo actúa, pues, ese universo interior, que es inefable y, no obstante, nada desea tanto como expresarse? Se sirve de un subterfugio. Finge estar interesado, y mucho, por la realidad exterior. ¿Se hunde un gran estado? Estupendo, el universo interior está encantado: ya tiene un tema. La muerte aparece en el horizonte. El universo interior, que se cree inmortal, se estremece de alegría. ¿Una guerra? ¡De maravilla! ¿Un sufrimiento? ¡Albricias! ¿Los árboles? ¿Las rosas marchitas? ¡Todavía mejor! La realidad. ¡Bravo! La realidad es simplemente imprescindible; si no existiera habría que inventarla.

            La poesía se esfuerza por engañar a la realidad; finge preocuparse por sus pesares. Menea compasivamente la cabeza. Ay, otro terremoto—dice—. Oh, una nueva injusticia. Otra inundación, otra revolución. Otra vez alguien ha envejecido.

            La poesía teme que su secreto se descubra. Un día, la realidad se percatará de que el corazón de la poesía está frío. O que la poesía no tiene corazón, sino unos ojos enormes y un oído muy fino. De pronto, la realidad comprenderá que no ha sido para la poesía más que un pozo inagotable de metáforas, y se esfumará. La poesía se quedará sola en el mundo, muda, vacía, triste e intransmisible.

 

Adam Zagajewski

Dos ciudades, pág. 206, Acantilado.

Traducción de J. Slawomirski y A. Rubió