martes, 24 de junio de 2014

Ciclo Tomaž Šalamun



Tengo un caballo


tengo un caballo, el caballo tiene cuatro patas.
tengo un gramófono. sobre el gramófono duermo.
tengo un hermano, mi hermano es escultor.
tengo un abrigo. tengo un abrigo para no tener frío.
tengo una planta. tengo una planta para que haya
                                                                          (verde en
     la habitación.
tengo a Maruška. tengo a Maruška porque la amo.
tengo cerillas. con cerillas enciendo mis cigarrillos.
tengo un cuerpo. con mi cuerpo hago las cosas más bellas
     que hago.
tengo destrucción. la destrucción me provoca un montón
     de problemas.
tengo noche. la noche entra a mi habitación a través de
     la ventana.
tengo pasión por las carreras de automóviles. porque las
     carreras de automóviles son mi pasión
                                                           (corro carreras de
     automóviles.
tengo dinero. con dinero compro pan.
tengo seis poesías realmente buenas. espero escribir
                                                                                  (más.
tengo veintisiete años. todos estos años pasaron como un
     relámpago.
tengo relativamente bastante coraje. con el coraje
                                                                           (combato
la estupidez humana.
tengo mi onomástica el siete de marzo. me alegraría que el
     siete de marzo fuese un bonito día.
tengo una amiga pequeña de nombre bredica. cuando a
     la noche la ponen a dormir dice šalamun y se
                                                                            (duerme.


Tomaž Šalamun
(Zagreb, 1941)

sábado, 14 de junio de 2014

Ciclo Tomaž Šalamun



Eclipse

I

Me cansé de la imagen de mi tribu
y emigré.

De largos clavos
me sueldo los miembros del cuerpo nuevo.
De trapos viejos serán las entrañas.
Una pútrida capa de carroña
será la capa de mi soledad.
Extraigo mi ojo desde lo profundo del pantano.
Con las planchas carcomidas del asco
levantaré mi barraca.

Mi mundo será un mundo de bordes filosos.
Cruel y eterno.


II

Tomaré clavos,
largos clavos,
y los iré clavando en mi cuerpo
muy suavemente
muy despacio,
para prolongarlo más.
Haré un plan preciso.
Me iré tapizando todos los días,
por ejemplo, unos diez centímetros cuadrados.

Luego quemaré todo.
Arderá durante mucho tiempo,
arderá siete días.
Sólo quedarán los clavos,
soldados, todos oxidados.
Así permaneceré.
Así lo sobreviviré todo.



Tomaž Šalamun (Zagreb, 1941)

martes, 3 de junio de 2014

Ciclo Zagajewski



Autorretrato

Entre ordenador, lápiz y máquina de escribir
se me pasa la mitad del día. Algún día se convertirá en medio siglo.
Vivo en ciudades ajenas y a veces converso
con gente ajena sobre cosas que me son ajenas.
Escucho mucha música: Bach, Mahler, Chopin, Shostakovich.
En la música encuentro la fuerza, la debilidad y el dolor, los tres elementos.
El cuarto no tiene nombre.
Leo a poetas vivos y muertos, aprendo de ellos
tenacidad, fe y orgullo. Intento comprender
a los grandes filósofos -la mayoría de las veces consigo
captar tan sólo jirones de sus valiosos pensamientos.
Me gusta dar largos paseos por las calles de París
y mirar a mis prójimos, animados por la envidia,
la ira o el deseo; observar la moneda de plata
que pasa de mano en mano y lentamente pierde
su forma redonda (se borra el perfil del emperador).
A mi lado crecen árboles que no expresan nada,
salvo su verde perfección indiferente.
Aves negras caminan por los campos
siempre esperando algo, pacientes como viudas españolas.
Ya no soy joven, mas sigue habiendo gente mayor que yo.
Me gusta el sueño profundo, cuando no estoy,
y correr en bici por caminos rurales, cuando álamos y casas
se difuminan como nubes con el buen tiempo.
A veces me dicen algo los cuadros en los museos
y la ironía se esfuma de repente.
Me encanta contemplar el rostro de mi mujer.
Cada semana, el domingo, llamo a mi padre.
Cada dos semanas me reúno con mis amigos,
de esta forma seguimos siendo fieles.
Mi país se liberó de un mal. Quisiera
que le siguiera aún otra liberación.
¿Puedo aportar algo para ello? No lo sé.
No soy hijo de la mar,
como escribió sobre sí mismo Antonio Machado,
sino del aire, la menta y el violonchelo,
y no todos los caminos del alto mundo
se cruzan con los senderos de la vida que, de momento,
a mí me pertenece.



Adam Zagajewski
(Lviv, 1945)